Distopía
Mis primeros contactos con las distopías provienen de mi etapa en el bachillerato. Recuerdo perfectamente que mi profesor de Filosofía nos propuso la lectura de Un mundo feliz de Aldous Huxley. Aquel libro fue toda una revelación para mí. De alguna manera, la sociedad que preconizaba Huxley se parecía mucho a lo que yo estaba viendo en mi mundo: las personas cada vez contaban con menos cultura y se alineaban con los distintos roles sectarios que la sociedad imponía. En ese momento, quizá por cierto miedo a caer en esa distopía, decidí revelarme y vestir de negro: Estoy de luto por la humanidad” decía yo. Y de ahí a ser gótico, un paso.
Pero mi afición por las distopías no acabó ahí, sino que me hice fan absoluto, en lo que yo consideraba el ocaso de la sociedad. 1984 de Orwell o Fahrenheit 451 de Ray Bradbury también me fascinaron y asustaron a la vez. La vida se ponía de color negro. Ahí llegó mi gusto por la música gótica, sobre todo en su vertiente más apocalíptica: Current 93 o Christian Death son solo la punta del iceberg de lo distópico en la música underground. Hay mucho más.
Hoy te presento este décimo volumen de Herejía y Belleza dedicado a la distopía y que a la vista de lo expuesto, se trata de uno de los temas vitales para este que escribe. El repertorio es muy variado. Predominan las distopías más modernas, las de la era tecnológica, que quizá tengan su encarnación más pop en The Matrix. Pero también veremos películas distópicas, como Metrópolis o Mad Max, sin olvidar la serie más impactante de los últimos tiempos: The Handmaid’s Tale, basada en la novela homónima de la escritora canadiense Margaret Atwood fechada en 1985.
Yo, como soy aficionado a las distopías artísticas, propongo en este número una mirada al siglo XVI, con el surgimiento de la Reforma protestante, basada en parte en la idea de que el mundo se acabaría en esas fechas pues el Papa de Roma había llegado al grado máximo de corrupción. En ese contexto surgió toda una propaganda en forma de imágenes para identificar al Papa y al clero con el Anticristo y sus acólitos.
Pero esto no es todo. Podemos citar más distopías sobre las que se reflexiona en este número: Soy leyenda, de Richard Matheson, La naranja mecánica, de Anthony Burgess o la reciente serie Black Mirror, creada por Charlie Brooker.
Y aquí empieza el viaje por la mirada del hombre al final trágico de su existencia. Mentalizate, que esto se acaba. Al menos eso nos dicen estas distopías.
Pedro Ortega
Director de Herejía y Belleza
CONTENIDOS
Mundos distópicos de violencia y muerte. La naranja mecánica como precuela de Black Mirror.
Dr. Germán Piqueras Arona
Universidad Internacional de Valencia
La impactante imagen de la resitencia: análisis estético de la serie El Cuento de la Criada.
Delfina Chacón, Camilo Iriarte
Universidad del Norte. Barranquilla, Colombia
La guerra de las imágenes. La propaganda protestante contra el Papa de Roma.
Dr. Pedro Ortega
Universidad Autónoma de Madrid
Existencialismo e identidad: I.D. y Mirror (Emma Ríos).
Nerea Fernández Rodríguez
Universidad de la Rioja
Eufonía: Una distopía en la ciudad musical de Berlioz.
Mario Ramos Vera y Daniel Ortiz Pereira
Universidad Pontificia Comillas
De Metrópolis a Mad Max: Fury Road.
Lourdes Santamaría Blasco
Universidad Politécnica de Valencia
The Matrix y el sublime tecnológico.
Victoria Hurtado
Universidad Autónoma de Madrid
Alan Turing vive en máquinas como yo (y gente como vosotros).
Eva Astorga
Universidad Autónoma de Madrid
Soy leyenda. Una reivindicación del Drácula de Bram Stoker.
Belén Doblas
Universidad Internacional Menéndez Pelayo
Cuatro distopías tecno-posmodernas
Miguel Angel Maciel González
Universidad Nacional Autónoma de México
Instopías